Pides Mucho

Dejé de tomar mi café y me atreví a preguntarle:

-¿Qué tipo de hombre estás buscando?

Ella se queda un momento callada antes de verme a los ojos y me pregunta:
-¿En verdad quieres saber?

Le respondo:
- ¡Claro que Sí!

Ella empezó a decir:

-Siendo mujer de esta época, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo no podría hacer sola. Tengo un trabajo y yo pago todas mis facturas. Yo me encargo de mi casa sin la ayuda de un hombre, porque soy económicamente independiente y responsable de mi administración financiera. Mi rol ya no es el de ser ama de casa dependiente de un hombre en ese sentido. Yo estoy en la posición de preguntar a cualquier hombre ¿Qué es lo que tú puedes aportar en mi vida?

Me quedó mirando. Claramente pienso erróneamente que ella se estaba refiriendo al dinero, quizás a un sentido más material, ya que con el pasar de los años ha sido la gran mayoría de mujeres que se refieren a eso, pero ella sabiendo lo que él estaba pensando, dijo:

-No me estoy refiriendo al dinero. Yo necesito algo más, yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.

Cruzo los brazos, me recargo sobre la silla y mirándola le pido que se explicara.

Ella dijo:

-Yo busco a alguien que luche por la perfección mental, porque necesito con quién conversar, no necesito a alguien mentalmente simple necesito que se me siga el hilo de conversación, que tenga un conocimiento básico de cultura general, alguien que cuando me explique cosas de la vida pueda impresionarme y ocasionar en mí ganas de admirarlo, alguien que no sea un desinformado, que si no sabe algo, busque hasta encontrarlo, alguien que no necesite que yo comience una charla, sino que también él pueda tener iniciativa, alguien con quien pueda pasar horas hablando de cosas diferentes y tenga ganas de seguir, alguien con criterio propio y que no se deje llevar por las cosas que me gustan solo para agradarme a mí, quiero que discutamos en el buen sentido de la palabra, que me corrija y me enseñe con paciencia y amor. Yo estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito con quien compartir mi fe en Dios, que no se deje llevar por cualquier viento de doctrina y enseñanza sino mas bien que tenga claro en lo que cree, en lo que profesa, que me acerque al Creador cuando yo intente alejarme y que vele por el cuidado de mi espíritu. Yo necesito un hombre que luche por la perfección financiera porque, aunque no necesito ayuda económica, necesito alguien con quien coordinar de manera responsable el dinero que entre en nuestras vidas, alguien con disciplina y freno al momento de tener dinero en sus manos, alguien que sepa tener prioridades en los gastos pero que no sea un tacaño, que sepa separar un poco para nuestros gustos y aventuras. Yo necesito un hombre que luche por su individualidad, que tenga la libertad para salir a volar y regresar responsablemente a su nido, porque enriqueciéndose a sí mismo, tendrá algo maravilloso que regalarme cada día, alguien que sea digno de mi confianza para cuando salga estar en paz en mi casa, sin necesidad de saber lo que hace y lo que no, que me haga extrañarlo cada vez que sale de mi puerta y que me haga saber que me extraña también. Yo necesito un hombre lo suficientemente sensible para que comprenda por lo que yo paso en la vida como mujer, pero suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer, que cuando quiera reír, se ponga a reír más fuerte que yo aún, que cuando me enfade, sepa calmar mis ánimos, que cuando quiera llorar, me abrace tan fuerte que no quiera estar en otro lugar más que en sus brazos. Yo estoy buscando a alguien que yo pueda respetar, partiendo del respeto que él mismo se gane con el trato, el amor y la admiración que me dé, alguien íntegro y honesto que no tenga nada que esconder, que sea trasparente tanto en lo que dice, como en lo que hace, que sea el mismo cuando esté con sus amigos que cuando esté conmigo, que sea real.

Dios hizo a la mujer para ser la compañera del hombre. No para ser menos o más sino para que juntos forjen una vida en donde la convivencia los lleve a la felicidad. Si existe un hombre así pues eso es lo que yo busco.

Cuando ella terminó de hablar la miro a los ojos. Estaba muy confundido y anonadado, nunca me había encontrado con alguien que pensara de esa forma, aún asombrado finalmente asentí a decir:

-Estás pidiendo mucho.

Ella me contestó:

-Yo valgo mucho…