Gracias....

Toma asiento, escúchame:

Gracias por haberme sonreído esa tarde de domingo, porque con tu sonrisa pude presenciar la novena maravilla del mundo, sin moverme de mi lugar, gracias.

Gracias por haberme dado la oportunidad de hablarte, porque viste que estaba muy nervioso y aun así me diste la oportunidad de conocerte, gracias.

Gracias por haberme permitido ser tu amigo, porque me dejaste conocer una parte nueva de mí que ni yo mismo conocía, aquella en la que volví a confiar en alguien y abrir mis sentimientos a ti, gracias.

Gracias por haber aceptado salir conmigo esas veces, porque inconscientemente fueron esos momentos que hoy atesoro en mi corazón, aquellos momentos en que te conocí realmente como eras, en tus momento de luz y tus momentos de tormenta, gracias.

Gracias por haberme permitido ser más que tu amigo, por haber sido mi compañera de vida por un tiempo, porque me enseñaste que un corazón herido y dañado puede repararse, que un alma congelada por los abates de la vida puede volver a sentir el calor de una esperanza nueva, de que lo que había conocido antes de ti fue solo el espejismo de un oasis cual desierto más fogoso existe en la tierra, en la tierra sin fin, gracias.

Gracias por tus momentos buenos, porque de ellos conocí lo que era guardar mi egoísmo en la gaveta de mi mesa de noche, porque aprendí a alegrarme de tus logros, a sentirlos míos, a que éramos un equipo que íbamos juntos en una misma dirección, en un mismo sentido, a un mismo propósito. Gracias por cada llamada de buena nueva, pues permitías que mi alegría te animara aún más de lo que ya estabas y lograbas que sienta completamente unido a ti, gracias.

Gracias por tus momentos malos, porque de ellos aprendí que un abrazo es el mejor refugio que puedes dar a una persona, que compartir lágrimas también era amar, que cada fracaso tuyo era una pérdida mía también y que no necesitaba perder mi estabilidad como tu pareja para sentir empatía por ti y estar en tu lugar, comprenderte y estar contigo hasta que tú me soltaras. Gracias por permitirme ser ese minuto de paz en medio de las tormentas, porque me enseñaste a tomarte de la mano y correr juntos en contra del huracán, sin importar lo duro que fuese lo que haya de pasar, lo pasaríamos juntos, gracias.

Gracias por tus cuidados, porque aunque nunca había entendido esto, me enseñaste que quien te ama te cuida las espaldas, te muestra tus errores y quiere lo mejor para ti, toma de su tiempo y recursos para dártelos a ti, porque estabas dispuesta a luchar con cualquier sombra de vientos negros que quisiera dañarme, gracias.

Gracias por tus momentos de duda, porque fueron esos momentos donde yo también comprendí muchas cosas, porque me enseñaste que no todos somos iguales, que cada uno es un universo diferente, con sus propias reglas y principios, que no podemos entrar a la fuerza al universo de los demás y hacer lo que bien nos parezca, gracias porque me enseñaste a superarme en estos momentos de duda, a examinarme a mí mismo y a ver mis fallas como los demás las veían, gracias.

Gracias por haberme dañado, porque me enseñaste que nada en esta vida es perfecto mas que su Creador, que la inercia de la vida debe llegarnos en algún momento lo que sube tiene que bajar, gracias porque pude aprender a perdonar, a entender de que no se puede guardar rencor en el mismo corazón donde alguna vez estuvo tatuado tu amor, gracias.

Gracias por alejarte de mí, porque aprendí que lejos de ti no moriría de nostalgia, que el tiempo era necesario para encontrarnos con nosotros mismos, que necesitábamos experimentar el luchar nuestras propias batallas sin la sombra del otro, que las noches frías de Junio nos pasarían la factura del recuerdo para no olvidar que alguna vez fuimos felices juntos, gracias.

Gracias por rehacer tu vida, porque simplemente tu felicidad es la mía también y que si una sonrisa tuya vale miles de desvelos míos escribiendo estas palabras entonces viviré en mi desvelo eterno hasta siempre…..